martes, 17 de febrero de 2009

Preguntas frecuentes: El Templo.

A continuación veran una imagen del Templo de Buenos Aires - Argentina: 


En este post voy a tratar de explicar la diferencia entre "El Templo" y lo que comúnmente yo llamo "capilla" o "iglesia".

slcheader  Y para ello, que mejor que transcribir algunas preguntas y respuestas acerca de los templos

La información la saqué de la página sobre los templos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

¿Cuál es el propósito del templo?
Para los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el templo es "La Casa del Señor".Es un edificio sagrado, y después de su dedicación, únicamente podrán entrar en él los miembros fieles de la Iglesia. Dentro del templo, los miembros aprenden más acerca del propósito de la vida y hacen convenios de servir a Jesucristo y a sus semejantes. Además, participan en ceremonias religiosas que tienen un impacto más allá de la vida mortal, tales como el bautismo a favor de los antepasados fallecidos y el matrimonio por la eternidad.

¿Cómo es el interior del templo?

Muchas personas tienen la idea de que el interior de un templo Santo de los Últimos Días es similar a una gran sala o catedral. De hecho, el templo tiene varias salas, las cuales sirven para ciertas funciones, como son los matrimonios, los bautismos y sesiones de instrucción. Dentro del templo, los miembros de la Iglesia se ponen ropa blanca sencilla y recatada antes de llevar a cabo sus labores. La ropa blanca del templo es simbólica de la pureza y la reverencia.

Los del público, ¿podrán algún día ver el interior del templo?

Sí. Después de terminado el templo, habrá un programa de puertas abiertas organizado (usualmente de varios días) para el acceso del público en general. Durante el programa de puertas abiertas, se proveerá información para explicar las distintas funciones y ceremonias realizadas en el templo y para contestar preguntas. Después del programa de puertas abiertas, el templo se dedicará al Señor y solamente podrán entrar en él los miembros dignos de la Iglesia.

¿Cuál es la diferencia entre un templo y un centro de reuniones?

En los centros de reuniones, o capillas, de los Santos de los Últimos Días se realizan reuniones de adoración dominicales y otras actividades sociales y recreativas. En los templos, por otra parte, los miembros fieles reciben instrucciones específicas acerca del propósito de la vida y acerca de su relación con Dios. Allí toman parte en ordenanzas centradas en la familia, tanto para sí mismos como a favor de sus antepasados muertos. Las sagradas ordenanzas que sólo están disponibles en los templos hacen posible que las personas regresen a la presencia de Dios y que las familias sean unidas por la eternidad.

Para más información: "El propósito de los Templos"


viernes, 6 de febrero de 2009

La Familia: Una proclamación para el mundo

La Familia: Una proclamación para el mundo

La Primera Presidencia y el Consejo de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Nosotros, la Primera Presidencia y el Consejo de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, solemnemente proclamamos que el matrimonio entre el hombre y la mujer es ordenado por Dios y que la familia es la parte central del plan del Creador para el destino eterno de Sus hijos.

Todos los seres humanos, hombres y mujeres, son creados a la imagen de Dios. Cada uno es un amado hijo o hija espiritual de padres celestiales y, como tal, cada uno tiene una naturaleza y un destino divinos. El ser hombre o mujer es una característica esencial de la identidad y el propósito eternos de los seres humanos en la vida premortal, mortal y eterna.

En la vida premortal, los hijos y las hijas espirituales de Dios lo conocieron y lo adoraron como su Padre Eterno, y aceptaron Su plan por el cual obtendrían un cuerpo físico y ganarían experiencias terrenales para progresar hacia la perfección y finalmente cumplir su destino divino como herederos de la vida eterna. El plan divino de felicidad permite que las relaciones familiares se perpetúen más allá del sepulcro. Las ordenanzas y los convenios sagrados disponibles en los santos templos permiten que las personas regresen a la presencia de Dios y que las familias sean unidas eternamente.

El primer mandamiento que Dios les dio a Adán y a Eva tenía que ver con el potencial que, como esposo y esposa, tenían de ser padres. Declaramos que el mandamiento que Dios dio a Sus hijos de multiplicarse y henchir la tierra permanece inalterable. También declaramos que Dios ha mandado que los sagrados poderes de la procreación se deben utilizar sólo entre el hombre y la mujer legítimamente casados, como esposo y esposa.

Declaramos que la forma por medio de la cual se crea la vida mortal fue establecida por decreto divino. Afirmamos la santidad de la vida y su importancia en el plan eterno de Dios.

El esposo y la esposa tienen la solemne responsabilidad de amarse y cuidarse el uno al otro, y también a sus hijos. "He aquí, herencia de Jehová son los hijos" (Salmos 127:3) Los padres tienen la responsabilidad sagrada de educar a sus hijos dentro del amor y la rectitud, de proveer para sus necesidades físicas y espirituales, de enseñarles a amarse y a servirse el uno al otro, de guardar los mandamientos de Dios y de ser ciudadanos respetuosos de la ley dondequiera que vivan. Los esposos y las esposas, madres y padres, serán responsables ante Dios del cumplimiento de estas obligaciones.

La familia es ordenada por Dios. El matrimonio entre el hombre y la mujer es esencial para Su plan eterno. Los hijos tienen el derecho de nacer dentro de los lazos del matrimonio, y de ser criados por un padre y una madre que honran sus promesas matrimoniales con fidelidad completa. Hay más posibilidades de lograr la felicidad en la vida familiar cuando se basa en las enseñanzas del Señor Jesucristo. Los matrimonios y las familias que logran tener éxito se establecen y mantienen sobre los principios de la fe, la oración, el arrepentimiento, el perdón, el respeto, el amor, la compasión, el trabajo y las actividades recreativas edificantes. Por designio divino, el padre debe presidir sobre la familia con amor y rectitud y tiene la responsabilidad de protegerla y de proveerle las cosas necesarias de la vida. La responsabilidad primordial de la madre es criar a los hijos. En estas responsabilidades sagradas, el padre y la madre, como iguales, están obligados a ayudarse mutuamente. Las incapacidades físicas, la muerte u otras circunstancias pueden requerir una adaptación individual. Otros familiares deben ayudar cuando sea necesario.

Advertimos a las personas que violan los convenios de castidad, que abusan de su cónyuge o de sus hijos, o que no cumplen con sus responsabilidades familiares, que un día deberán responder ante Dios. Aún más, advertimos que la desintegración de la familia traerá sobre el individuo, las comunidades y las naciones las calamidades predichas por los profetas antiguos y modernos.

Hacemos un llamado a los ciudadanos responsables y a los representantes de los gobiernos de todo el mundo a fin de que ayuden a promover medidas destinadas a fortalecer la familia y mantenerla como base fundamental de la sociedad.

El presidente Gordon B. Hinckley leyó esta proclamación como parte de su mensaje en la Reunión General de la Sociedad de Socorro, el 23 de septiembre de 1995, en Salt Lake City, Utah, E.U.A.

[Fuente: La Familia: Una proclamación para el mundo.]

 

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